La investigación, llevada a cabo por algunos de los científicos más respetados en el campo de la otorrinolaringología, tiene como objetivo entender el funcionamiento del olor corporal para fabricar desodorantes que bloqueen los olores específicos de cada sexo .
Para ello, los investigadores tomaron muestra del sudor de las axilas de 24 hombres y 25 mujeres tras 15 minutos de sauna. Y para su sorpresa, había grandes diferencias entre los sexos.
"Los hombres huelen a queso, mientras que las mujeres huelen a uvas o cebolla", afirma el director del estudio, Christian Starkenmann.
Al analizar las muestras, el equipo descubrió que el sudor de las mujeres posee una gran cantidad de un compuesto inodoro que contiene azufre. Al mezclarse con una bacteria que suele encontrarse en las axilas, este compuesto se convierte en tiol: un segundo compuesto caracterizado por su olor a cebolla.
Los hombres, en cambio, producen una mezcla de compuestos distinta, entre los que destaca un ácido que despide un aroma similar al del queso al entrar en contacto con las enzimas que producen las bacterias de la axila.
Sin embargo, muchos científicos creen que el experimento no arrojaría los mismos resultados fuera de Suiza, ya que la producción de estos compuestos puede depender de factores como la dieta o los genes.
Hace unas semanas, un estudio similar concluyó que las mujeres pueden intuir si atraen a los hombres por el olor que éstos despiden cuando sienten un impulso sexual.
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